
El legado de Puente Romano: de raíces romanas a icono mediterráneo
Mucho antes de que Puente Romano se convirtiera en uno de los destinos turísticos más famosos de Marbella, su corazón era un histórico puente romano sobre la Vía Augusta. El Puente Romano se construyó en el siglo I d. C. y formó parte de la gran red de calzadas romanas que conectaba numerosos asentamientos del sur de España con Cádiz. ¡Hoy puedes hacerte un selfi en él! Este antiguo monumento marcó la pauta de un destino donde la historia, el estilo y el lujo se fusionan.

En la década de 1970, el príncipe Alfonso von Hohenlohe, el visionario del vecino Marbella Club, vio el potencial de crear algo diferente. Imaginó un resort que fusionara el carácter andaluz con el glamour internacional. Diseñados por el arquitecto Melvin Villarroel, los primeros apartamentos se construyeron en 1974 con fachadas encaladas, baldosas de terracota y plazas adoquinadas rodeadas de vibrantes flores y exuberante vegetación. Este concepto de estilo rural era único en la Milla de Oro.

El siguiente capítulo llegó en 1979, cuando el empresario Mouffak Al Midani transformó los apartamentos en un resort de lujo. En tan solo dos años, Puente Romano fue admitido en el prestigioso grupo Leading Hotels of the World. Rápidamente se convirtió en un destino con personalidad propia, ofreciendo no solo alojamiento elegante, sino también jardines paisajísticos, piscinas y auténticos espacios gastronómicos, todo ello con un profundo sentido de pertenencia.

El resort también se convirtió en sinónimo de deporte y entretenimiento de talla mundial. Leyendas del tenis como Björn Borg y Manolo Santana contribuyeron a la fundación del Club de Tenis Puente Romano, mientras que conciertos y eventos culturales atrajeron a estrellas internacionales como Ray Charles y Montserrat Caballé. Para la década de 1990, Puente Romano ya había consolidado su reputación como escenario de Marbella tanto para la excelencia deportiva como para reuniones glamurosas.

En 1995, la familia Shamoon asumió la propiedad y comenzó a guiar a Puente Romano hacia la era moderna. Su visión impulsó importantes reformas, la creación del Palacio de Congresos de Andalucía y la incorporación de nuevos espacios emblemáticos, como el Hotel Nobu y La Plaza. Estos avances han permitido que Puente Romano se mantenga a la vanguardia de la hospitalidad mediterránea sin perder su encanto atemporal.

Hoy, Puente Romano es más que un resort. Forma parte de la identidad de Marbella, un lugar donde el patrimonio, el lujo y el estilo de vida convergen en un legado. Desde su histórico puente romano hasta sus modernas instalaciones de cinco estrellas, Puente Romano sigue representando la sofisticación de la Milla de Oro y sigue siendo un destino que atrae a la alta sociedad y a los verdaderos amantes de la auténtica vida andaluza.
